Por Mario Alberto Estrella.- Menos de una semana ha pasado luego de la turbulencia arancelaria con los Estados Unidos.
Aún nos cuesta pasar el trago amargo, no sabemos a ciencia cierta si se trató de una victoria con sabor a derrota o una derrota con sabor a… derrota.
La relación con Donald Trump ha sido cómo tener un marido golpeador, abusa, y luego amenaza cobardemente, al día siguiente llega con flores y el ciclo se repite,
Ha sido así desde que era candidato y adivina que… así será por los siguientes 18 meses y seguramente luego por 4 años más.
Para no dejar lugar a las dudas, el “Siñor Trump” anunció que: La administración estadounidense tiene lista la fase dos. Que es mucho más dura, para presionar a México en caso de que no logre reducir los flujos migratorios de indocumentados que intentan llegar a Estados Unidos.
En México no faltaron las voces que estuvieron en contra de los acuerdos, el periodista Jorge Ramos comentó vía su cuenta de Twitter que “La Guardia Nacional debería dedicarse a reducir el crimen en México
-evitando asesinatos como el del estudiante Norberto Ronquillo y la periodista Norma Sarabia- en lugar de detener a inmigrantes inocentes que quieren ir a EU. México le está haciendo el trabajo sucio a Trump”.
Porfirio Muñoz Ledo calificó como semicolonial la postura de la administración de López Obrador ante las amenazas de Donald Trump. Consideró que las políticas migratorias implementadas son una “traición a la historia de México”.
Sin embargo al mismo tiempo que el poco aprecio que el “Siñor Trump” siente por nuestra nación se hacía sentir cada vez más, al otro lado del mundo Vladimir Putin miraba a nuestra dolida nación con ojos de borrego tierno.
Así es, Rusia propuso a México suprimir las visas para turistas entre ambos países.
México y Rusia podrían firmar en breve un convenio para que cuando quieras entres a Rusia como Juan por su casa… literalmente.
A estas alturas las ideas del economista Felipe Ledezma, del Movimiento Independentista de Baja California, que plantean la independencia de la península, resultan cada vez menos descabelladas.