From Tijuana with “pinche orgullo mexicano”
Apple contrata desarrollador tijuanense de origen Nahua
Por Mario Alberto Estrella.- La migración mexicana hacia Estados Unidos está compuesta por personas con una gran diversidad de lugares de origen y condiciones socioeconómicas.
Diariamente somos bombardeados con historias de migrantes que son arrestados persiguiendo el sueño americano.
Volteamos y vemos el muro que divide ambas naciones con la certeza que solo las aves lo cruzan libremente, esa valla metálica sólo puede ser librada por las alturas.
En algún momento el expresidente Vicente Fox dijo que los mexicanos “hacían trabajos que ni siquiera los negros querían hacer”. Sin embargo, los tiempos han cambiado, hoy nuestros connacionales son recibidos con los brazos abiertos en puestos de liderazgo en Silicon Valley.
Gracias al alto grado de tecnificación alcanzado por algunas universidades como la UABC, es que empresas nacionales, como Framework Science se están convirtiendo en verdaderos semilleros de talento de grueso calibre en el desarrollo tecnológico.
Hoy somos testigos con orgullo, de una historia de reivindicación para toda una raza.
Nacido un sábado 27 de mayo del año 1978, en un pequeño pueblito llamado Analco, Guerrero. Municipio del Mártir de Cuilapan. Nahua de pura cepa, Gelacio Lázaro es una de esas historias que hacen de Tijuana un lugar mágico.
Hace 41 años Samolón Lázaro Julián y Guadalupe Martínez Marcos, poco se imaginaban que el tercero de sus nueve hijos se convertiría en una estrella en ascenso en Cupertino California.
Hoy el retoño de un par de campesinos de Guerrero empaca sus maletas para liderar un equipo de desarrollo de software en Apple Inc.
Motivo de orgullo tanto para sus compañeros de trabajo en Framework Science, como para sus alumnos en la universidad donde enseña Náhuatl al igual que sus padres que desde 1992 se ganan el sustento vendiendo artesanías en la zona turística de Ensenada.
Gelacio se ha convertido en estandarte de toda una estirpe de desarrolladores de software tijuanenses que día a día compiten por llegar a ser los mejores del mundo.
Con sentimientos encontrados el hoy Master en Ciencias Computacionales, prepara su equipaje en una mezcla de orgullo, emoción y nostalgia.
Mirando de frente a ese muro que pudo cruzar por las alturas.
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