Por Ileana Peña Cid.-El pueblo judío ha sido objeto de toda clase de ataques desde sus orígenes, no por nada, en muchas ciudades importantes en el mundo, la ciudad de México incluida, encontramos museos que sensibilizan sobre el terrible holocausto del que fueron víctimas durante la Segunda Guerra Mundial y otros genocidios que han marcado con sangre la historia moderna de la humanidad.
¿Pero qué sucede cuándo la justificación de víctima te convierte en victimario? Parece que desde finales del siglo XX, se ha manejado un discurso de a favor o en contra, eliminando cualquier espacio para la crítica o el señalamiento al Estado de Israel. Esto ha sido evidente en la aplicación de políticas culturales a nivel internacional que pueden ser, tanto de fomento, como de censura, según sea el caso, para promover una imagen hegemónica sobre lo judío sionista, el Estado de Israel y el conflicto con Palestina.
En menos de tres días he leído, por un lado, artículos que revelan situaciones de censura y despidos por ser considerados antisemitas o por sentir que el pueblo judío ha sido criticado y, por otro, la estrategia israelí de posicionamiento hegemónico a nivel internacional. Y considero importante hablar del tema y no simplemente aceptar que está bien mermar la libertad de expresión de gestores y actores culturales cosmopolitas y la guerra sucia de espionaje vinculado al sector artístico y cultural.
La imposición hegemónica de Israel es una guerra cultural de política exterior, aceptada tácitamente por el resto de los países, por cuestiones económicas y, creo yo, por ser considerado políticamente incorrecto criticar a un pueblo tan sufrido como ha sido el judío, que ahora ejerce el sufrimiento sobre los palestinos.
El primer artículo que leí fue de Viceversa Magazine, revista cultural de origen latinoamericano con sede en Nueva York, fue sobre la decisión del reconocido periódico The New York Times de dejar de publicar las viñetas políticas en su edición internacional, a partir del 1 de julio del año en curso, lo anterior por haber publicado una caricatura del ilustrador portugués Antonio Moreira Antunes el pasado 25 de abril, en la que se ve un Donald Trump ciego, guiado por un perro salchicha con rostro del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que lleva un collar del que cuelga una estrella de David.
En el artículo Mariza Bafile cuestiona “la razón por la cual un medio, que para todos es un bastión de democracia y libertad, haya decidido suspender toda una sección tan importante como es la viñeta política tras haber publicado, sea de quien fuese la culpa, una ilustración.”
Las caricaturas políticas son metáforas visuales, que suelen decir más que todas las palabras empleadas en un periódico. Querer censurar este medio de comunicación visual y popular, hoy en día es complicado, que no imposible. Ya que hemos visto como los memes circulan por la red al instante de cada acontecimiento, pero también, hemos despertamos con la noticia como en junio de 2016, de que Facebook y Twitter eliminaban grandes cantidades de contenido palestino a petición del Ministerio de Justicia de Israel. “Hemos tenido éxito en lograr nuestros objetivos ya que alrededor del 70% de nuestras demandas [eliminar contenidos en Facebook y Twitter] se han cumplido”, dijo Ayelet Shaked, ministra de Justicia israelí, según el diario israelí Yedioth Ahronoth.
Por lo que causa tanta sorpresa y desconcierto la decisión que toma un medio de comunicación como el New York Times, demostrando una sumisión a la postura sionista y sobre todo una censura importantísima a la libertad de expresión a nivel internacional.
Los otros dos artículos son de The Art Newspaper una publicación en línea e impresa que cubre el mundo del arte internacional, aquí el pasado 17 de junio Catherine Hickley informa que por un retweet fallido, el director desde 2014 del Museo Judío de Berlín, Peter Schäfer, dió a conocer su renuncia.
Parece ser que el Parlamento alemán cuestionó las acciones de los grupos que promueven los boicots, desinversión y sanciones que tienen como objetivo utilizar la presión económica sobre Israel para defender los intereses palestinos en el Medio Oriente. “El museo usó el hashtag #mustread en su retweet y agregó una cita de la carta: “La decisión del Parlamento no ayuda en la lucha contra el antisemitismo”, sin usar comillas. El museo más tarde defendió su retweet, diciendo que tenía la intención de provocar una discusión en lugar de reflejar una postura política.”
A lo que el Consejo de Judíos de Alemania dijo que Peter Schäfer “perdió la confianza de la comunidad judía” y se vio forzado a presentar su renuncia, sin espacio al diálogo, sobre un tema de lesa humanidad.
La tercera nota, escrita por Gareth Harris en el mismo periódico, publicado el pasado 18 de junio, informa que Yana Peel, directora ejecutiva de las Serpentine Galleries en Londres, renunció después de que The Guardian reveló que es la copropietaria de una compañía de ciberarmas israelí cuyo software supuestamente ha sido utilizado por regímenes autoritarios para espiar a los disidentes.
El descubrimiento de The Guardian de la propiedad de Yana Peel en Novalpina causó inquietudes en Index on Censorship, una organización internacional sin fines de lucro que hace campaña y defiende la libre expresión, donde Peel fue juez el año pasado para los premios internacionales de libertad de expresión del Index.
“No nos dimos cuenta de las acusaciones de que una compañía que ella es co-propietaria produjo el software espía utilizado para atacar a la clase de personas cuyas libertades ha defendido durante mucho tiempo”, dijo una portavoz de Index en un comunicado. “Esto es extremadamente decepcionante si es verdad.”
Sé que éste es un tema muy complicado, que el intentar abordarlo implica meterse en los vericuetos políticos, económicos, geopolíticos, raciales, históricos, religiosos, migratorios, culturales, artísticos y muchos más. Que además todos los temas están vinculados y muchos cargados de pasiones personales. Pero creo que es importante señalar a tiempo la censura, la imposición de Estados totalitarios y abogar por los derechos, tanto humanos como políticos, tanto al interior de esos países como, sobre todo, al exterior. Porque la historia nos ha enseñado que debimos actuar a tiempo y no simplemente dejar pasar.
Lo escribo, porque me llama la atención encontrarme con noticias de esta índole tres días consecutivos y es imposible no preguntarse a qué tipo de guerra cultural está jugando el Estado de Israel.
Fuentes
“Under Israeli pressure, Facebook and Twitter delete large amounts of Palestinian content” en Middle East Monitor en
Catherine Hickley, “Jewish Museum Berlin director steps down after a tweet misfires” en The Art News Paper en
Gareth Harris, “Serpentine Galleries chief Yana Peel resigns amid controversy over Israeli cybersecurity firm” en The Art News Paper en https://www.theartnewspaper.com/news/serpentine-galleries-chief-executive-yana-peel-resigns?utm_source=daily_june18_2019&utm_medium=email&utm_campaign=email_daily&utm_source=The+Art+Newspaper+Newsletters&utm_campaign=ad6fac0fea-EMAIL_CAMPAIGN_2019_06_17_02_35&utm_medium=email&utm_term=0_c459f924d0-ad6fac0fea-61134617
Mariza Bafile “Miedo a la risa” en Viceversa Magazine en
“Serpentine Galleries chief resigns in spyware firm row” en The Guardian
The Index Project