Por Mario Alberto Estrella.- “Las preguntas verdaderamente serias son aquellas que pueden ser formuladas hasta por un niño”, dijo Milan Kundera.
¿Qué está pasando?
Con qué palabras le explicas a tus hijos, de manera clara y puntual que nos estamos muriendo, que en el momento mismo que nacemos la vida se nos comienza a escapar de las manos, que anualmente mueren un millón seiscientas mil personas de diabetes y seguimos comiendo gansitos, que más de nueve millones de almas pierden la batalla contra el cáncer, y nadie detiene a Monsanto, mientras vivimos lo hacemos bajo el constante asedio de lo inevitable, sin embargo, no dejamos de vivir, lo hacemos… a pesar de nosotros mismos, de nuestras malas decisiones y de los miles de depredadores que acechan a la espera de darnos “El buen fin”.
Así ha sido por los últimos 100,000 años, hasta ahora; de pronto dejamos de vivir, pusimos nuestra vida en pausa luego de una campaña de terror emprendida por la Organización Mundial de la Salud de la cual se hicieron eco los medios de comunicación, las redes sociales y hasta mis tías en WhatsApp.
Día y noche envenenaron nuestros pensamientos con cifras e imágenes de muertes alrededor del mundo.
Hemos sido expuestos a los horrores de una guerra contra un enemigo invisible que diariamente acumula cien mil rehenes.
Y que en palabras de la Organización Mundial de Salud, lo peor aún está por venir.
Sin embargo poco escuchamos de los cientos de miles de pacientes que ya han sido dados de alta, porque el narrador no está de nuestro lado.
Al dueño de la narrativa le interesa mantenerte en estado de alerta, con tu capacidad de respuesta menguada, y por si hiciera falta un poco más, a los embates de la pandemia se sumale la naturaleza.
El violento despertar del cinturón de fuego en el pacífico, alteraciones en el campo magnético de la Tierra, y para añadir más drama a la telenovela ya viene la temporada de huracanes, y a partir del primero de Junio los mares se convertirán en un enemigo más al acecho de nuestra existencia, y para variar este año con más saña… ¿Por qué?
Pues porque se trata de el pinche año 2020. De acuerdo con los modelos meteorológicos ésta temporada de huracanes será considerada atípica contando con al menos 4 huracanes que podrían alcanzar máximas categorías a consecuencia del fenómeno conocido como ‘La Niña’.
Volcanes, huracanes y una pandemia, a esta historia sólo le hace falta Aliens… Aunque no… parece que ya estamos completos.
Mientras tanto las estructuras económicas continúan su debacle, el petrodólar amenaza en convertirse en papel sanitario luego que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han decidido intentar salvar el barco a billetazos.
Comprando bonos basura y rescatando como siempre a grandes empresas, mientras los pírricos beneficios para los millones de confinados llegan a cuenta gotas.
Ésta más que una emergencia sanitaria parece una pesadilla de la cual estamos muy lejos de poder despertar.
Al contrario, a la agonía se le suman y suman días, Francia ha extendido el confinamiento hasta el 24 de julio, sin embargo, queda en evidencia la gran labor que han realizado los Estados en convertir las mentes en vil plastilina, el virus no tiene intenciones de irse, seguirá formando parte de nuestros enemigos mortales hasta que lo hayamos asimilado y desarrollemos la tan anhelada inmunidad de rebaño.
Y mientras más continuemos encerrados a piedra y lodo practicando el distanciamiento social menos posibilidades tendremos de vencer a este virus antes de que aparezca el Covid 20 con su más reciente éxito, “Quédate otra vez en casa”.
En este momento Darwin debe estar revolcándose en su tumba al igual que los libros de ciencias naturales del siglo pasado.
Sin embargo, el polvo aún no termina de asentarse y ya se escuchan los tambores de guerra, Francia, Reino Unido y Estados Unidos culpan a China de la crisis del Covid-19.
Donald Trump, advirtió a China que debería enfrentar consecuencias si resulta “conscientemente responsable” de la pandemia de coronavirus.
Al mismo tiempo Trump lanzó un ataque frontal, crudo y sin reservas contra la Organización Mundial de la Salud, acusándola de un “severo mal manejo” de la crisis. Anunció que suspenderá el financiamiento al organismo que se mece en los generosos brazos de Bill Gates, Trump acusó a esta organización de “chinocéntrica”, “la OMS falló en su deber básico, y debe rendir cuentas”.
Evo Morales por su parte dijo que China “ganó la Tercera Guerra Mundial sin disparar un sólo misil; el expresidente de Bolivia habló de una “guerra biológica y económica”.
“Siento que China ganó la Tercera Guerra Mundial sin disparar ni un arma”. “Esta es una guerra biológica y económica de las potencias”. Pienso que es algo planificado, algo provocado aseguró Evo.
Y así ante esta miríada de acusaciones, verdades a medias, continuamos confinados y aturdidos por un constante bombardeo de memes y falsedades, mientras afuera, siguen las ejecuciones, los carteles llenan los vacíos que deja el Estado, y los psicópatas de siempre se preparan para el siguiente golpe que sin duda llegará puntual con el otoño.
Al mismo tiempo que Bill Gates se pasea como el nuevo rey del mundo presentando los detalles de su macabra distopía basada en ‘Pasaportes de inmunidad’ y el estado de vigilancia habilitado por la tecnología , nos olvidamos de la naturaleza, al igual que cada vez que edificamos sobre un arroyo seco y más tarde una tormenta nos recuerda que no hay que atentar contra la naturaleza, hoy nos estamos olvidando de miles de años de evolución natural, cada vez que repetimos #quedateentumalditacasa, nos alejamos de alcanzar la inmunidad de rebaño que nos ha mantenido vivos mucho antes de los tatuajes inteligentes y los pasaportes de inmunidad.
Ya lo dijo Marie Curie “Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido”.
Ahora es el momento de comprender más para temer menos.