Por Mario Alberto Estrella.- Desde sus primeros días en la Casa Blanca, quedó de manifiesto que Donald Trump, si bien es un “bully” no es un peleonero.
Tras el retiro de las tropas estadounidenses en Siria, la agenda del magnate-showman-presidente, ha sido muy consistente: “A Better Deal for America” (un mejor trato para los Estados Unidos).
Recientemente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró en una entrevista con Fox News que no quiere guerras y que las únicas invasiones que busca son económicas.
“Si entrometerse, solo económicamente”, dijo el mandatario al comentar las palabras del senador Lindsey Graham, quien dijo que las invasiones que quieren él y Trump son distintas.
Trump agregó que no quiere una guerra con Irán y que lo único que busca es “no permitirles desarrollar armas nucleares”.
Sin embargo existen voces en los Estados Unidos con un interés bélico más allá de las nubes.
El senador Ted Cruz, recientemente ha puesto su mirada en los billones de dólares que amasó el Chapo Guzmán, y planea desaparecerlos en una nube de polvo de estrellas.
En días pasados, el senador de Texas sugirió que sin una fuerza espacial para proteger el comercio estadounidense, las naves espaciales comerciales y militares podrían ser atacadas por piratas espaciales ‘.
“Desde que los antiguos griegos se embarcaron por primera vez, las naciones han reconocido la necesidad de las fuerzas navales y el mantenimiento de una capacidad superior para proteger los viajes y el comercio acuáticos de los malos actores”, dijo Cruz. “Los piratas amenazan los mares abiertos, y lo mismo es posible en el espacio. De la misma manera, creo que ahora también debemos reconocer la necesidad de una Fuerza Espacial para defender a la nación y proteger el comercio espacial y la exploración espacial civil”.
En un claro intento por continuar incrementando el presupuesto para el Departamento de Defensa, el cual a la fecha se encuentra envuelto en una vorágine de escándalos financieros.
El año pasado, el Pentágono, falló por primera vez en la historia una auditoría. De acuerdo con un artículo publicado por el diario The Nation, El 15 de noviembre, Ernst & Young y otras firmas privadas que fueron contratadas para auditar el Pentágono anunciaron que no podían completar el trabajo. El Congreso había ordenado una auditoría independiente del Departamento de Defensa, el centro de costos discrecionales más grande del gobierno (el Pentágono recibe 54 centavos por cada dólar en asignaciones federales) después de que el Pentágono no se auditara durante décadas. Sin embargo, las firmas concluyeron que los registros financieros del Departamento de Defensa estaban plagados de tantas deficiencias contables, irregularidades y errores, por lo que una auditoría confiable era simplemente imposible.
De acuerdo con la revista Business Insider, Infantes de marina y médicos en varios estados explotaron una laguna clave en TRICARE, el sistema de beneficios de salud del ejército, por una suma de $ 65 millones de dólares.
Al final todo es un negocio. En días pasados, Donald Trump sostuvo una extensa conversación de casi una hora y media por teléfono con Putin. “Putin no está pensando en absoluto en implicarse en Venezuela, más allá de que quiere ver que ocurra algo positivo en Venezuela, y yo siento lo mismo”, señaló el mandatario norteamericano en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca, al tiempo que calificó de “positiva” la charla.
El Gobierno de Vladimir Putin tiene un gran interés en el sector petrolero venezolano, ya que el régimen chavista le debe miles de millones de dólares por los préstamos realizados. Desde 2009, el presidente ruso y la petrolera estatal de su país, Rosneft, invirtieron 9 mil millones de dólares en PDVSA. A cambio, Miraflores le dio como garantía el 49% de Citgo, la refinería que la estatal venezolana tiene en Houston, Estados Unidos. De entrar en default por incumplir el pago de sus bonos, Moscú podría quedarse con toda la compañía.