Agencias.- Los trabajadores del turismo y sus clientes han vuelto a regocijarse con la visita de la colosal ballena gris en las costas mexicanas. La reducción de los contagios de COVID-19 les permite recuperar ingresos y concretar el anhelo de conocer al cetáceo.
“Es el mejor día de mi vida. Ya había soñado antes con ballenas (…), tenía muchas, muchas ganas de estar cerca de ellas”, dijo Wilbert, turista mexicano, sobre estos animales que viajan unos nueve mil kilómetros durante tres meses para aparearse en las aguas cálidas de la costa oeste de la Península de Baja California y del Golfo de California.
Procedentes de los mares de Bering, Chukchi y Beaufort en Alaska, los cetáceos miden hasta 15 metros de largo y pesan en promedio 30 toneladas.
Durante miles de años la ballena gris y jorobada han sido fieles visitantes de las cálidas aguas de la península de Baja California, con un encantador suceso de migración que inicia desde las heladas aguas de Alaska, para finalmente ver nacer a sus ballenatos en un pacifico. Este suceso tiene lugar en Bahía de Todos Santos, en Ensenada, y este espectáculo natural es una experiencia que no tiene precio y que sucede entre los meses de diciembre y abril.
El puerto de Ensenada es uno de los principales puntos para realizar los viajes de avistamiento en donde puedes tomar una embarcación que te llevará por mar abierto, en un recorrido de 4 horas con la oportunidad de ver lobos marinos, delfines, alcatraces, pelícanos y disfrutar la inmensidad del océano.
El tour para menores de 12 años va desde los $270 pesos y mayores de 13 años desde los $300 a $500 pesos, y algunas de las recomendaciones que la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo de Baja California te hace son:
