Especial.- Del histórico debacle en los mercados del petróleo (CL=F) a nivel mundial ha surgido un claro ganador: China. Por increíble que parezca, el país se está beneficiando de una crisis que ayudó a fomentar.
El crudo permanece atrapado en una tendencia descendente por el exceso de oferta y la caída de la demanda provocada por la crisis del coronavirus COVID-19. La débil demanda ha llenado los depósitos de petróleo hasta su máxima capacidad, un fenómeno que es poco probable que se mitigue ya que las medidas restrictivas mantienen los negocios cerrados y a la mayoría de los ciudadanos en casa.
Sin embargo, en un giro brutal e irónico, la segunda mayor economía del mundo, donde se originó el coronavirus, se ha convertido en la beneficiaria inmediata de una caída catastrófica en la demanda global que ha precipitado el precio del petróleo directamente al vacío. El lunes, el precio de West Texas Intermediate (WTI, por sus siglas en inglés), es decir, el crudo estadounidense, volvió a marcar precios negativos, una señal de que hay mucho más petróleo que lugares para almacenarlo.
“El mayor ganador es China ya que es el mayor importador de energía del mundo”, señaló el martes la firma de investigación Jefferies. “Siguiendo la regla general, una caída del 0,5 % en las importaciones de petróleo como parte del producto interno bruto equivale a un incremento del 0,25 % en la producción”.
Aun así, Jefferies advirtió que los “efectos secundarios” presionarán a los países productores de petróleo en el Medio Oriente, así como a Estados Unidos. El martes, el presidente Donald Trump se comprometió a apoyar a los productores nacionales afectados por la caída del crudo.
“Gran error de cálculo”
La evidencia sugiere que China lleva meses aprovechando los bajos precios del petróleo, acumulando existencias para sus reservas estratégicas y comerciales. El año pasado, las importaciones anuales de petróleo del país aumentaron en un promedio de más de 10 millones de barriles por día, frente a los 900 000 de promedio de 2018, según la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).
China se convierte en “el mayor ganador” de la caída del petróleo a causa del coronavirus
Contenedores de China Shipping Company y otras empresas apilados en la terminal de Virginia International en Portsmouth, Virginia (AP Photo/Steve Helber, Archivos)
“La nueva capacidad de refinación de China y el almacenamiento estratégico de existencias, junto a una plana producción nacional de petróleo, fueron los principales factores que contribuyeron al aumento de las importaciones de petróleo crudo de China en 2019”, señaló recientemente la EIA.
Y a pesar de la aparente tregua entre Arabia Saudí y Rusia que fue negociada por los Estados Unidos y que pretendía poner fin a una guerra de precios, el colapso de los precios del crudo ha sido sorprendente, incluso en un mercado azotado por un brote de virus en todo el mundo.
“La sorprendente caída del WTI es el resultado de un gran error de cálculo por parte de Arabia Saudí y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP +, por sus siglas en inglés)”, dijo Jefferies. “Participar en una guerra de precios cuando la demanda cae a mínimos debido a la COVID-19 era imprudente, como menos”.
Sin embargo, incluso China podría no ser completamente inmune a los estragos de la caída de la demanda mundial y la limitación de la capacidad de almacenamiento. Según los datos citados por Eurasia Group, los inventarios de petróleo de China registraron 31,5 millones de toneladas, o sea el 65 % de la capacidad de reserva comercial total.
“Esto se acerca a la línea roja de almacenamiento del 70 % que normalmente se considera como la capacidad de almacenamiento total”, dijo Eurasia, señalando que el almacenamiento de crudo barato de Beijing podría estar cerca de este límite.
“La capacidad de almacenamiento adicional se ha visto limitada por una fuerte acumulación de crudo debido a interrupciones en la actividad de refinación por el brote de coronavirus antes de la crisis del petróleo”, explicó la firma, señalando que la capacidad total ha obligado al país a “desviar cargas a otros lugares”.
Mientras tanto, las importaciones de crudo de China se incrementaron casi un 5 % interanual en marzo, y probablemente continuarán aumentando “a medida que lleguen gradualmente las cargas de petróleo a precios bajos que habían sido ordenadas con anterioridad. Con el consumo interno de combustible por debajo de los niveles anteriores a la crisis, se esperan mayores existencias”.
