Por Mario Alberto Estrella.- Desde hace años se escucha un murmullo en la red… empezó como una teoría de conspiración en chats de “noticias alternativas” y ahora ha sido retomado con fuerza por analistas geopolíticos de la talla Daniel Estulin y Alfredo Jalife.
La teoría del “reset financiero” se cierne como la espada de Damócles sobre el sistema monetario global.
Si bien tiene un fuerte componente político su potencial destructivo radica en la deuda externa de los Estados Unidos.
La deuda externa de la nación norteamericana es una locomotora sin freno, recientemente aumentó a 19.556.588 millones, en el tercer trimestre de 2018.
La deuda externa en los Estados Unidos promedió 14183223.53 millones de dólares desde 2003 hasta 2018, alcanzando un máximo histórico de 19.556.588 Millones de USD en el tercer trimestre de 2018 y un mínimo histórico de 6.570.168 Millones de USD en el segundo trimestre de 2003.
Actualmente 7 millones de norteamericanos se encuentran retrasados en los pagos de las mensualidades de sus autos por más de 90 días.
Justo después de que la deuda del gobierno de los Estados Unidos superó los 22 billones de dólares, llegó la noticia de que ahora hay un número récord de estadounidenses atrasados en sus pagos. Según la CNBC, más de 7 millones de estadounidenses tienen al menos 90 días de retraso en sus préstamos automotrices, según la Fed de Nueva York. Esta es una preocupación importante, considerando que el pago promedio por automóvil ahora es de $ 523 dólares.
En general, las deudas de automóviles representan aproximadamente el 9 por ciento del total de la deuda de los consumidores de los Estados Unidos.
La cantidad de estadounidenses actualmente en incumplimiento es más alta que en 2010, cuando muchos aún se estaban recuperando de la Gran Recesión de 2008, una estadística que, una vez más, muestra la economía presente en los Estados Unidos.
“La cantidad de prestatarios en dificultades sugiere que no todos los estadounidenses se han beneficiado del fuerte mercado laboral y justifican un monitoreo y análisis continuos de este sector”, dicen los economistas de la Fed.
La deuda automotriz se ha disparado y con eso vienen personas que no pueden pagar la factura por la que se inscribieron.
El aumento espectacular de la morosidad se produjo junto con un salto espectacular de $ 584 mil millones en la deuda total de préstamos para automóviles. Ese es el mayor incremento en la deuda de automóviles desde que la Fed de Nueva York comenzó a seguir la pista hace 19 años.
En general, la deuda de los hogares aumentó en $ 32 mil millones, o 0.2 por ciento, a $ 13.54 billones en el cuarto trimestre. Eso es $ 869 mil millones más alto que el pico de la crisis de $ 12.68 billones y es 21.4 por ciento por encima del punto más bajo posterior a la crisis en el segundo trimestre de 2013.
La deuda de préstamos estudiantiles se elevó a 1.46 billones de dólares, mientras que los saldos de las tarjetas de crédito aumentaron a 870 mil millones de dólares, alrededor de su pico de crisis informó CNBC.
La nación norteamericana vive un momento histórico que podría desembocar en una crisis de proporciones nunca antes vistas, es previsible que en el año 2019 estallen varios conflictos internos, pues los desacuerdos políticos entre el presidente Donald Trump y la oposición, han generado una creciente incertidumbre económica y política, que podría ser causa del colapso de la burbuja financiera que se ha sostenido en crecimiento durante los últimos 10 años.
El connotado profesor noruego Johan Galtung, sociólogo y matemático nominado al Premio Nobel de la Paz en 2017, afirmó que Estados Unidos va a colapsar en el año 2020.
El prospectivista Johan Galtung había previsto en forma correcta el colapso de la URSS y es considerado padre fundador de los estudios de paz y conflictos como disciplina científica.
Desde el año 2000, Galtung había predicho el colapso del imperio estadounidense para 2025, pero dicha perspectiva se recortó cinco años debido al extremo militarismo de George Bush Jr., que aceleró la tendencia.
Sin especular ni hablar del futuro, existen en este momento señales de alarma en el sistema financiero.
El oro se encuentra a la alza. Los futuros que cotizan sobre la onza de oro prevén un alza de un 4% desde los máximos de los últimos 10 meses que se registraron el 19 de febrero sobre los 1,340 dólares, tras protagonizar una escalada del 14% desde agosto del año pasado.
En otros metales preciosos, el paladio subió 0.9 por ciento, a mil 555.01 dólares por onza; el platino avanzó 0.1 por ciento, a 838 dólares; y la plata ganó 0.1 por ciento, a 15.46 dólares.
Plata 60 dias
Pero esto no es nuevo, el 6 de agosto de 2015, Goldman Sachs y HSBC recibieron un total de 7.1 toneladas de oro físico. Las barras de oro no fueron compradas para los clientes del banco. Fueron comprados para los propios bancos.
En el 2018 los bancos centrales compraron más oro que en cualquier otro año desde 1971, cuando Estados Unidos abandonó el patrón oro. Rusia fue el principal comprador del metal al adquirir unas 274 toneladas.
Rusia ha venido incrementando sus reservas de oro durante 13 años consecutivos. Sus volúmenes han crecido como resultado de la política dirigida a desdolarizar la economía. Pero en el 2018 Rusia no fue el único país que apostó fuerte por este metal. La India, Polonia, Hungría, Irak y Kazajistán también aumentaron sus reservas, según informa el Consejo Mundial del Oro.
A finales del 2018 la agencia japonesa Nikkei comunicó que China reanudó las adquisiciones de este metal precioso a la vez que redujo el número de bonos estadounidenses en su cartera de inversiones.
Hace 13 años, cuando Rusia empezó a incrementar sus reservas de oro, este metal precioso valía 650 dólares por onza, ahora su precio superó los 1340 dólares. Si miramos la tendencia a largo plazo se hace evidente que el precio sube con las correcciones temporales y los estancamientos.
“Poseer oro es sin dudas un camino inteligente” para un país que quiere reducir su dependencia con la moneda estadounidense, afirmó Thorsten Polleit, profesor honorario en la Universidad de Bayreuth y cofundador de un fondo de inversión alternativo.
“Si Rusia decide respaldar al rublo con oro, esto puede ser una manera poderosa de cambiar las reglas de juego del sistema financiero mundial”, vaticinó el economista.
Según declaraciones del asesor político James Rickards al diario alemán Die Welt, el Gobierno ruso persigue “un plan estratégico” destinado a proteger al país de las “sanciones en dólares” mediante la acumulación de reservas de oro.
Hasta junio el Banco Central de Rusia sostenía reservas de oro por 2.000 toneladas métricas, el equivalente a más del 17% de las reservas extranjeras.
Casi desde el inicio de la gran crisis financiera global que comenzó en 2008, China se ha dedicado a “devorar” lingotes. El occidental Consejo Mundial del Oro (WGC por sus siglas en inglés) ha insistido en subestimar esa demanda exponiendo una serie explicaciones y pretextos. Pese a todo, las cifras no mienten. Gracias a especialistas como Koos Jansen sabemos que la demanda china de oro es cuando menos del doble de lo que estima el WGC, y rondaría las 2 mil toneladas al año.
Bloomberg Intelligence dio a conocer que según sus cálculos, el Banco Popular de China tendría ya en sus bóvedas más de 3,500 toneladas a pesar de que ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), continúe reportando oficialmente menos de un tercio de esa cantidad.
Hay casi un consenso en que China es ya el segundo país con más reservas áureas, solo después de lo que se supone tiene Estados Unidos (8,133.5 toneladas).
Tanzania quiere incorporar oro a sus reservas pero no sólo eso. El presidente de la nación africana pretende también racionalizar y controlar mejor las exportaciones de oro y otros minerales del país. Tanzania es el cuarto mayor productor de oro de África.
El oro vuelve como refugio a Azerbaiyán. Tras cinco años sin incorporar ni una onza de oro a los activos del fondo, Sofaz empezó a comprar oro el año pasado y para este 2019 el fondo espera casi duplicar sus tenencias actuales de oro y llegar a las 100 toneladas. El Director Ejecutivo de Sofaz, Shahmar Movsumov, apuesta por “tener algo que no sea el riesgo crediticio de otra persona” así que en la nueva estrategia de compra ya no hay tanto espacio por bonos u acciones. Y no les ha dio mal. Según Movsumov este nuevo giro en las inversiones ha permitido al fondo evitar los números rojos el pasado año. “En un mundo en el que se ven los cambios en la geopolítica, los cambios en las monedas de reserva, los cambios en la dinámica entre los superpoderes y su inminente impacto en el sector financiero, uno quiere estar en el lado seguro”.
Ante tantas evidencias, no hace falta consultar a los oráculos para entender que los días del dólar como eje de la economía mundial se encuentran contados.