Por Mario Alberto Estrella.- Para cuando escuches estas palabras, estarás por cumplir un año sin poder visitar a la abuela.
Logramos ganarle la batalla a la vida misma al menos durante un año, salvamos a la abuela, no sin empeñar a la hermana.
Verás, hace un año cuando la vida se detuvo y dejamos de ir a la oficina para proteger a nuestros mayores, poco nos imaginamos que al hacerlo estaríamos empeñando el futuro de nuestros hijos… ¿o tal vez si?
Al menos en este espacio, ya hace un año te decíamos como los acontecimientos a nivel mundial se trataban de una demolición controlada del sistema financiero global.
Hoy doce meses después, la vida ha imitado al arte hasta el cansancio, pasamos de Orwell, a Huxley y estamos al borde de darle la bienvenida a Ray Bradbury, el mundo que nos ha dejado el Gran Reseteo parece una ensalada de 1984, Un Mundo Feliz, y Fahrenheit 451, ya los bomberos de Amazon han comenzado a quemar libros y no pararán hasta que no queden más que las historias contadas de viva voz para recordar quienes éramos antes del 2020.
Mucho ha pasado en el mundo mientras fuimos sometidos a la operación de control mental más grande de todos los tiempos, mientras que el Ministerio de la Verdad lentamente afinaba sus algoritmos, para silenciar a las voces disidentes, nuestro villano favorito: Bill Gates se convertía en campesino, tan campesino como el dueño de Bimbo es panadero.
En las últimas fechas William Henry Gates III se ha convertido en el orgulloso propietario de 242.000 acres de tierra de cultivo. Los suficientes para convertirlo en el principal agricultor en los Estados Unidos.
Así lo publica Land Report, la revista para inversionistas de tierras que rastrea a los mayores terratenientes de los Estados Unidos.
La publicación informa que Gates, de manera sigilosa, ha estado comprando tierras agrícolas en lugares tan dispares como Florida y Washington y que la mayor parte de las propiedades que ha adquirido se encuentran en Louisiana, con 69.000 acres; Arkansas con casi 48.000 acres, y Arizona con 25.750 acres.
No conforme con predecir el futuro y dar cátedra a gobernantes Don Gates, se ha apoderado de la mayor parte de la tierra cultivable de América del Norte.
Al repentino interés de Gates por las tierras cultivables se ha unido su esposa Melinda y Jeff Bezos de Amazon.
Ya lo dijo Henry Kissinger, controla el petróleo y controlarás a las naciones, controla la comida y controlarás a la humanidad.
Exploremos el contexto de las compras furtivas de Gates como parte de su estrategia a largo plazo de dominio de la agricultura y la producción de alimentos a nivel mundial.
A partir de 1994, Gates lanzó una campaña internacional de biopiratería para lograr un dominio sobre la producción agrícola mundial. Su imperio ahora incluye vastas tierras agrícolas e importantes inversiones en cultivos transgénicos, patentes de semillas, alimentos sintéticos, inteligencia artificial, incluidos robots agrícolas y puestos de mando en gigantes de la alimentación como Coca-Cola, Unilever, Philip Morris (Kraft, General Foods), Kellogg’s. , Procter & Gamble y Amazon (Whole Foods), y en multinacionales como Monsanto y Bayer que comercializan pesticidas químicos y fertilizantes petroquímicos.
Semillas, agricultura, alimentación, salud, educación, cambio climático, el tío Bill tiene sus tentáculos metidos en todo… al menos en todo lo que alcanza a bañar el sol.
Entonces, en el mejor de los casos, la campaña de Gates para devorar los bienes raíces agrícolas de Estados Unidos es una señal de que el Neo Feudalismo es el futuro.
En el peor de los casos, su desenfreno por hacerse de tierras cultivables es un presagio de algo mucho más alarmante: el control absoluto del suministro mundial de alimentos.
Sin embargo, si intentamos reducir el año que vivimos bajo arresto domiciliario, a los actos del Señor Burns de carne y hueso sería una sobre simplificación.
Elon Musk durante 2020 pasó a convertirse en el hombre más rico del mundo, no por los dividendos que arroja su compañía de autos eléctricos, que logró colocar en el mercado 139,300 vehículos, sin embargo fueron sus conexiones al interior de DARPA las que convirtieron a Elon en una especie de cyber mesías, capaz de con un Tweet hacer que suba el precio del Bitcoin o que bajen las acciones de Tesla.
Durante la última semana de Enero, el poder supremo del planeta se dio cita de manera virtual en el Foro de Davos, mientras Klaus Shuabb y su camarilla de promotores de todo lo verde se intoxicaban con sus sueños de bajar las emisiones de carbono a cero, una tormenta invernal dejó a gran parte del hemisferio norte sin electricidad, la madre naturaleza hizo nevar hasta en el desierto del Sahara dándole una bofetada a las energías renovables y un fuerte espaldarazo al viejo y confiable petróleo, luego de dejar inútiles a millones de paneles solares y turbinas eólicas a lo largo y ancho del hemisferio norte.
El Foro Económico Mundial este año contó con la pleitesía de Xi Jinping, Angela Merkel y hasta de Vladimir Putin quien comparó la situación actual con la de los años 30 del siglo pasado.
Putin recordó que la incapacidad y la falta de voluntad para resolver estos mismos problemas que nos aquejan hoy, se convirtió en la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial.
Si no se hace nada para evitar que esto suceda nuevamente, existe la posibilidad de encontrar un colapso real en el desarrollo mundial, con la destrucción no solo de los valores tradicionales como el de la familia, pero también las libertades básicas, incluída la elección y la privacidad.
Durante los últimos 12 meses nuestros conceptos fueron puestos a prueba una y otra vez, fortunas se multiplicaron al mismo tiempo que la clase media se vio obligada a cerrar sus pequeños negocios, incluso hasta nevó en el desierto del Sahara.
Conforme los meses de encierro pasan continuamos entregando la poca dignidad que nos queda como especie, doblegados a través del miedo no solo hemos sido postrados de rodillas, la humillación ha llegado hasta donde no llega el sol, al grado tal de que hoy por hoy si quieres viajar a China tienes que dejar que algún miembro del Partido Comunista Chino urge en tu fufurúfu.
Le dimos la razón a Benjamin Franklin, renunciamos a nuestra libertad por nuestra seguridad, sin darnos cuenta que al hacerlo renunciamos a ambas, hoy nos hemos convertido en presas de un puñado de nuevos señores feudales que han aprovechado el peor momento de la humanidad para ponernos en corrales cybernéticos en una suerte de Neo Feudalismo virtual.
¿Tú qué opinas?