Caravana fue retenida a palos: Una parte avanza a México
Guatemala (Agencias).- Miles de migrantes que ingresaron a pie a Guatemala en su viaje desde Honduras rumbo a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia fueron frenados ayer por la policía, que lanzó gas lacrimógeno, y militares que aporrearon a quienes insistían en avanzar.
Los migrantes fueron cercados en una carretera del poblado de Vado Hondo, en el departamento de Chiquimula, frontera con Honduras. Según cifras oficiales, hasta este lugar llegaron al menos 6 mil de las 9 mil personas que se estima ingresaron a Guatemala.
Tras cruzar por la fuerza el punto fronterizo Florido, miles de migrantes empezaron a concentrarse por la tarde del sábado en un retén militar en Vado Hondo, donde primero les pidieron documentos y una prueba negativa a Covid-19 en medio de forcejeos, que en la noche escalaron a choques.
Por su parte en la frontera México-Guatemala la Guardia Nacional, se desplegó en la orilla del río Suchiate, en la frontera sur del país, para impedir la llegada de la caravana de migrantes procedente de Honduras que busca alcanzar la frontera de Estados Unidos. La caravana, a su vez, fue molida a palos en Guatemala para impedir su avance. Sin embargo, unas columnas sortearon los retenes y lo que quedó del grupo avanza deshilachado hacia México.
Al menos medio centenar de agentes de Migración y un número similar de militares y guardias nacionales, han sido desplegados en la frontera, todo comenzó el viernes cuando unas 3.500 personas salieron de San Pedro Sula, capital industrial de Honduras. Con el paso de las horas se sumaron otros grupos y el contingente aumentó a 9.000 personas.
La incógnita ahora es el comportamiento de México y su mensaje a la Administración de Joe Biden, que toma posesión el miércoles. Después de aplicarse con esmero en cumplir las instrucciones de Donald Trump para frenar en el sur las caravanas, el tema migratorio fue casi el único que abordaron López Obrador y Biden en la única conversación que han mantenido hasta entonces.
En una charla telefónica días antes de Navidad ambos mandatarios acordaron iniciar un nuevo camino en materia de política migratoria y, al menos sobre el papel, se comprometieron a promover la “cooperación entre EE UU y México para garantizar una migración segura y ordenada, contener el coronavirus, impulsar las economías de América del Norte y asegurar la frontera común”. Eso supondrá también, según informaron los dos Gobiernos, “lidiar con las causas fundamentales de la migración en El Salvador, Guatemala, Honduras y el sur de México, para construir un futuro de mayor oportunidad y seguridad en la región”.