Por Mario Alberto Estrella.- El caos y el miedo se han apoderado de este 2020, y, si hemos de buscar culpables, habrá que hacerlo frente al espejo; hemos cedido nuestra libertad al miedo, ya alguna vez citamos a Benjamín Franklin, y lo hemos probado con creces: “No merecemos ni ser libres ni estar seguros”.
Hemos sido puestos a prueba una y otra vez y hemos reprobado, abandonamos la razón a las teorías más descabelladas, tanto que si un ovni apareciera en el pleno Zócalo de la ciudad de México estaríamos seguros que se trata de una misión de rescate intergaláctico.
Lamento informarte que no hay hombrecitos verdes camino a entregarnos una cura mágica para los males que aquejan a la humanidad.
Actualmente una guerra de dimensiones descomunales se dirime sobre nuestras conciencias sin que tomemos cartas en el asunto.
Todo parece indicar que Evo tenía razón.
El cinco de mayo te informamos como Evo Morales había asegurado que China ganó la Tercera Guerra Mundial sin disparar un solo misil; el expresidente de Bolivia habló de una “guerra biológica y económica”.
“Siento que China ganó la Tercera Guerra Mundial sin disparar ni un arma” dijo el ex mandatario Boliviano en aquel entonces. “Esta es una guerra biológica y económica”. Pienso que es algo planificado, algo provocado aseguró Evo en aquel entonces.
Los resultados se encuentran a la vista, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha anticipado que el producto interno bruto (PIB) de China aumentará 1,9 % en 2020, mientras que las otras economías emergentes y avanzadas se espera que caigan 5,7 % y 5,8 %, respectivamente.
Además, el organismo internacional pronostica que el crecimiento de la nación asiática se acelerará a 8,2 % el próximo año.
Actualmente el puerto de Los Ángeles, California lucha con la oleada de barcos provenientes de Oriente, con la economía de Estados Unidos aún sobrecalentada gracias a los billones que ha repartido el Tío Sam, la carga entrante al puerto de Los Ángeles se encuentra a la alza a medida que las empresas reabastecen inventarios agotados y los minoristas se preparan para una temporada navideña temprana, afirmó el director ejecutivo del puerto marítimo más activo de Norte América.
A estas alturas podríamos concluir aquí con este informe y levantarle la mano al nuevo campeón mundial.
Goldman Sachs y sus amigos, ya lo han hecho, y han trasladado a China gran parte de sus portafolios de inversiones. Según ellos “Porque es difícil encontrar un rendimiento seguro en estos días”.
Mientras tanto el resto del mundo lucha por sobreponerse a la terapia de shock a la cual ha sido sometida, que si hay vacuna, que si no la hay, que si hay cura, que si no la hay, 10 meses después de su aparición mucho se ha dicho del coronavirus y muy poco sabemos a ciencia cierta, lo que sí podemos garantizar es que ha resultado mortal para la clase media, la cual ha sido atacada sistemáticamente.
Los pequeños comerciantes, los negocios de mamá y papá alrededor del mundo han sido los más golpeados recurrentemente, los restaurantes familiares y pequeños comercios han sido puestos contra la pared una y otra vez.
Los confinamientos se encuentran una vez más a la vuelta de la esquina, todo parece indicar que no aprendimos nada de estos primeros siete meses, o tal vez si, aprendimos a cuestionar absolutamente todo, y a creer en absolutamente nada. Nos han hecho creer en un patógeno que acecha en bares y restaurantes pero no compra en Walmart, un bicho que sale de noche pero no se sube al transporte urbano, hemos sometido nuestro organismo a un confinamiento de siete meses sólo para dejarlo a merced de un bicho que se encuentra esperando a la vuelta de la esquina, embebido en un billete o en una mano amiga. Sin mencionar lo deshumanizante que resulta andar por la calle sin rostro, no hemos reparado en pensar que mientras uses una máscara al poco tiempo empezarás a olvidar quién eras debajo de ella.
Todo esto de acuerdo con las patrañas bipolares que se vierten día con día en las máquinas de propaganda de este ente que pretende arrinconarnos, al punto de que una vez arrodillados y sin rostro aceptemos la yunta y la lamámos con gusto.
Aún le quedan más de 70 días al 2020, y no tiene planeado bajar la guardia.
A escasos 15 días de las elecciones en los Estados Unidos, continuamos sumidos en un espiral de miedo y caos, que sólo prometen prolongarse más allá de las elecciones, porque gane quien gane, la llama lleva tiempo encendida.
Hace más de diez años, Igor Panarin, decano de la facultad de Relaciones Internacionales de la Academia Diplomática de Rusia pronosticó que a consecuencia de una crisis económica en Estados Unidos estallará una guerra civil que conducirá a la división del país en estados independientes.
Hoy el escenario que hace una década sonaba escandaloso se ve cada vez más real, sin importar quién resulte victorioso en las elecciones el tres de noviembre, las décadas de tensiones raciales amenazan con poner el clavo final al imperio.
Sin embargo, el fenómeno se replica a nivel mundial.
A una semana del plebiscito constitucional, las manifestaciones en Chile se salieron una vez más de control, al conmemorarse el primer aniversario de las protestas, las revueltas dejaron dos iglesias reducidas a cenizas, saqueos y ataques contra las fuerzas del orden público, bajo la consigna de “la única Iglesia que verdaderamente ilumina es la que arde” las cúpulas de la iglesia de carabineros cayeron envueltas en llamas.
En las palabras de Klaus Schwab presidente del Foro Económico Mundial, “si ninguna potencia puede imponer el orden, nuestro mundo sufrirá un déficit de orden global”.
Todo parece indicar que ese es el camino a seguir, el caos, para qué de la entropía nazca un nuevo orden, tal vez un “Gran Reseteo Mundial”.
Medios de comunicación como The Economist y Forbes se han anticipado a señalar a la crisis sanitaria actual como el fin de la Globalización, sin embargo los hechos hablan por sí solos, no hay nada más global que una pandemia.
Sin embargo, al mismo tiempo que vemos el mundo arder, bajo la consigna del desarrollo sustentable se extienden los tentáculos de un ente supra nacional que ha llegado a la cabecera de gran parte de las alcaldías del mundo.
Andrew Cuomo el gobernador de Nueva York se pregunta por qué aún existen los edificios escolares y dice que Nueva York trabajará junto a Bill Gates para “reimaginar la educación”.
La Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, auto proclamados “los guardianes de las esperanzas”, opera por encima de las naciones, “para la consecución de las agendas globales en el ámbito territorial”. (En sus propias palabras).
Por sus frutos los conoceréis dijo San Mateo, a 10 meses de iniciada la “Pandemia” el Globalismo se ha fortalecido colocando a China en la punta de la Pirámide.
¿Tú, qué opinas?